Marruecos le planta cara a Naciones Unidas después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declarara, durante su visita la semana pasada a los campamentos refugiados saharauis en Argelia -la primera en 10 años de mandato- las palabras prohibidas: «Sáhara ocupado».
El Gobierno del primer ministro islamista Abdelilah Benkirán emprendió una inédita acción como señal de protesta contra la declaración de Ban Ki-moon y reclamó a Naciones Unidas retirar a 87 funcionarios de la Misión de la ONU para el Referéndum en Sáhara Occidental (MINURSO). Días antes ya amenazó con retirar a todos los marroquís presentes en misiones de los cascos azules.
Esta misión tiene como objetivo monitorizar el acuerdo de alto el fuego alcanzado en 1991 entre el Frente Polisario -el movimiento independentista saharaui- y Marruecos, que plantea como solución a la crisis del Sáhara una amplia autonomía para la comunidad saharaui. “Las personas que el Gobierno marroquí ha propuesto sobre un papel son consideradas personas non gratas y deben marcharse del país”, comentaron fuentes de un organismo oficial marroquí.
EL REY NO ESTABA DISPONIBLE
La tensión diplomática entre Naciones Unidas y la diplomacia marroquí ya había empezado antes del inicio de la gira de Ban Ki-moon porque pretendía comenzarla en Rabat para acercar posiciones entre el Polisario y las autoridades marroquís, pero el rey de Marruecos, Mohamed VI, dijo “no estar disponible”. Así que la ronda de contactos se circunscribió al territorio argelino y mauritano.
La postura “parcial”, según un comunicado de Asuntos Exteriores, del alto funcionario de la ONU levantó un ola de protestas por parte de la clase política y diplomática marroquí que desembocó en una marcha gigante en Rabat, a favor de la soberanía marroquí y su integridad territorial.
Para las autoridades marroquís, la crisis del Sáhara Occidental, lo que se conoce en Marruecos como las “provincias del Sur”, está zanjada desde que el monarca propuso un estatuto de autonomía para el territorio. Una propuesta a la que se ha referido en cada uno de sus discursos oficiales.
PROMESAS DE INVERSIÓN
En especial, el último que pronunció el rey el pasado año en El Aiún con motivo del 40ª aniversario de la Marcha Verde y en el que se comprometió a continuar realizando inyecciones importantes de dinero para el desarrollo de las ciudades del Sáhara. Esta celebración sirvió, además, para volver a poner de manifiesto el consenso y la unidad nacional en la defensa del “sur de Marruecos”.
La polémica con Naciones Unidas se produce sólo unos días después de que las autoridades marroquís rompieran relaciones diplomáticas con la Unión Europea -este miércoles se retomaron los contactos- tras un fallo del Tribunal Europeo que bloqueó el pasado mes de diciembre un acuerdo comercial con Marruecos porque incluye los productos agrícolas y pesqueros del Sáhara.
Esta decisión ha sentado muy mal en el palacio marroquí, que aguarda una revisión de la sentencia. “Esta postura es política y no jurídica, por lo que merece una respuesta política”, aseguraron fuentes de la diplomacia marroquí a EL PERIÓDICO. En mitad de este revuelo internacional, Marruecos se prepara para recibir, en el marco del forum de Crans Montana organizado por segundo año consecutivo en Dajla, a cientos de líderes políticos de todo el mundo, así como a actores de la sociedad civil e intelectuales que con su presencia están apoyando la marroquinidad del Sáhara Occidental.
Fuente: El Periódico de Catalunya